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jueves, 26 de febrero de 2009

Cada Paso


Cada Paso from Vanesa Dávila-Luciano on Vimeo.

Otra nueva canción...

Aquí & Hoy


Aquí & Hoy from Vanesa Dávila-Luciano on Vimeo.

Nueva canción que escribí...

Carnaval do Brasil 2009

No tuve la oportunidad de disfrutar el famoso Carnaval de Brasil, pero aquí tienen un pequeño video del canal GLOBO. Disfrútenlo, en especial cuando llega a los 4 minutos y 30 segundos (4:30).



Tchau, gente!

Una Boricua en Brasil

miércoles, 25 de febrero de 2009

Não é a sua vontade, minha filha

Desde que llegué a Brasil, mi experiencia no ha sido más que una de paciencia. El paso de todo aquí es más lento a lo que estoy acosumbrada en los Estados Unidos. Se supone que la misma semana de haber llegado aquí hubiera tenido internet en mi apartamento, y han pasado 6 semanas desde que llegué y aún eso no ha pasado. Y así, sucesivamente he tenido que esperar, esperar y esperar por la voluntad de este pueblo brasileiro que parece ir a otro rítmo, uno más lento (a pesar de que estabamos a 3 horas adelantados a EE.UU.). Es con esto que llego a este fin de semana que ha pasado.

Como ya habrán leído mis fieles seguidores, la semana pasada comenzó mi odisea con el diente sufriente, mi visita al dentista y el susto de la atención médica en un país extranjero. Gracias a Dios sobreviví aquella travesía que parecía el cuento de nunca acabar. Pero no me van a creer si les digo que ese mismo día, comenzó la gripe de la cuál tanto intenté escapar. Al parecer es un virus que ya estaba rondando por aquí y me permitió pensar que no me atacaría. Pensé mal... El fin de semana que más compromisos tenía en Brasil, mi amiga, La Gripe decide visitarme y quedarse muy cerquita a mi durante por más de 5 días. ¡Qué emoción! Pues, sí... Estaba supuesta a ir a dirigir la adoración en un campamento el fin de semana completo. Luego regresaría el domingo para cantar en un congreso de la juventud de la Iglesia Asamblea de Dios con una concurrencia de más de 6,000 personas y la participación de varios artistas cristianos brasileiros. El día que me confirmaron que cantaría en este congreso, sentí mi alma trascender más allá de mi cuerpo y pensé que esta era la oportunidad que tanto esperan muchos músicos locales, no la podía desaprovechar. Pero con todo esto que me pasó desde la semana pasada, es como si Dios me hubiera estado diciendo: Não é a sua vontade, minha filha... (No es tu voluntad, mi hija) Claro, en portugués para que no olvide que aún sigo en otro país y he tenido que afrontar mi gran «desfortuna» solita y sin mi familia o amistades que me conscientan. Demás está decirles que quedé prisionera de mis dolencias...

Pero, si nada de esto hubiera sucedido, no hubiera estado en la soledad de mi apartamento para componer 2 de las canciones más honestas que he escrito en mucho tiempo. Tanto que corremos de la soledad y el silencio que olvidamos que Dios creo ambos porque los NECESITAMOS. Tenemos miedo de encontrarnos solos porque es como vernos frente a un espejo totalmente desnudos, sin nada que nos cubra o nos de la ilusión que venimos en un paquete mejor arreglado. Al fin de todo, no es tan ruin como parece. Cada cosa tiene su gracia y el disfrutar estos momentos de soledad y silencio nos ayudan a conocernos mejor a nosotros mismos. Tengo la certeza de que regresaré una mujer totalmente diferente a mi hogar, con otros ojos, con otra mente... Gracias, mi Dios, porque sabías justo lo que necesitaba...

Tchau, gente!

Una Boricua en Brasil

jueves, 19 de febrero de 2009

Visita al dentista brasileiro...

Por más que aguanté el dolor, mi cuerpo no resistió más y tuve que implorar por un dentista urgentemente. Fue así que llegué al despacho del dentista brasileiro. Estaba muerta del susto pensando que me masacraría mi boca y terminaría con mi diente peor de lo que estaba. Me atendió un doctor que hasta el día de hoy (mi segunda cita en su consultorio) no sé su nombre. Cuando conocí al doctor me pareció estar conociendo a Robin Williams en la película o Nine Months o Patch Adams. Un hombre eléctrico, rápido, super gracioso... Me senté en la silla con una tensión en mis hombros que me ha durado hasta el día de hoy. Estaba rogándole a Dios que tuviera piedad de mi y que pasara de mí esta copa. En menos de 5 minutos el hombre me había diagnosticado y sacado una placa de rayos X de mi diente maltratado. «Necesitas un canal, menina.» ¡Ay, Dios, ten piedad! Sólo pude decir: «Ok...» cuando ya tenía la aguja de la anestesia en sus manos, y en menos de 40 minutos me había hecho el canal y una limpieza dental general. (Igualito que en los Estados Unidos, pensé.) Al terminar me dijo, «el jueves a las 4pm regresas.» No fue una sugerencia, fue una ORDEN. Y aquí estoy otra vez, escribiéndoles desde la sala de espera del consultorio del dentista porque Dios no es tan cruel y me proveyó internet mientras me deleita los oídos con los magníficos sonidos del taladro dental y los demás ruidos metálicos contra las dentaduras de sus otras víctimas, disculpen, otros pacientes...

Tchau, gente...

Una Boricua adolorida en Brasil

lunes, 16 de febrero de 2009

Mujer Obsoleta...

Pues, qué les parece, mi gente... ¡les tengo notícias!

Hace unos días atrás me fue a visitar un nuevo amigo a mi apartamento pues él sabía que usualmente estoy solita. Qué suerte tuvo él que llegó justo cuando intentaba cocinar pollo en fricasé, arroz blanco y maduros (un plato típico boricua). Digo intento porque no tengo todos los ingredientes claves que le dan el toque especial. Pero, bueno, el pobre hombre fue mi conejillo de India. A fin de cuentas, el hombre no murió y yo tampoco y la comida se dejó comer. Sin embargo, ese no es el punto de mi historia...

Entre los muchos temas que tocamos durante nuestra cena llegamos al del casamiento y la búsqueda de pareja. ¡No sean mal pensados! Sino que he tenido una curiosidad desde que llegué. Casi todas las parejas que he visto (de novios y matrimonios) tienen un elemento en común, la mujer es mucho más jóven que el hombre. Realmente dos factores, el segundo es que usualmente se casan las mujeres a los 18 años. Al preguntarle a Vinícius (mi nuevo amigo brasileiro) el por qué, me contestó lo siguiente. «Amiga Vanesa, aquí la cultura es muy machista [cosa que ya yo sabía] y las mujeres crecen pensando que tienen hasta los 23 años, lo máximo hasta los 25 para casarse. Después de los 25 las mujeres entran en una desesperación insoportable.» Cuando yo le dije que tengo más de 5 amigas que tienen más de 30 años y aún no se han casado el (literalmente) pegó un grito al cielo y dijo: «No, aquí ya esas mujeres se quedarían para vestir santos»... Osea, que yo junto a mis chicas favoritas estamos en problemas. Pero el problema no termina aquí... la cosa se pone peor... Vinícius me dijo que los hombres sólo saldrían con mujeres mayores de 25 años para divertirse y pasar un buen rato pero NUNCA, repito, NUNCA las considerarían para casarse con ellas pues están muy viejas (o debería decir, estamos).... Ay, Dios... o sea, que todos ustedes que "predijeron" o confiaban en que yo conseguiría al hombre de mi vida en tierras amazónicas deben sentarse a esperar conmigo porque creo que no llegará. Y aunque creo más en un Dios de milagros, debo admitir que esta realidad y choque cultural me ha pegado muy fuerte.

Esto me hace pensar que aunque me siento y me veo preciosa...


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Lo que los hombres brasileiros ven es esto...


¿Qué más les puedo decir? Además de haberme sentido como una mujer obsoleta e irrelevante (sólo por unos instantes), puse todo en perspectiva. Dios usó a Sara a los 90 años y aunque se le rió en la cara a Dios, esto no detuvo su plan perfecto.

Yo seguiré esperando a mi Hugh Jackman, a mi Dwayne Johnson o a mi Ricardo Arjona pacientemente porque yo me lo merezco y Dios quiere lo mejor para mí. Con esto los dejo....

Tchau, gente...

Una Boricua en Brasil

Tantas cosas...

Tantas cosas han acontecido en tan poco tiempo que hasta este espacio cibernético infinito me parece poco, sin mencionar el tiempo que antes me sobraba y ahora me falta. Dios tiene una manera peculiar de hacer las cosas y de desenvolver su magnífico plan. Hace unas semanas me sentía sola a toda hora, aún cuando estaba rodeada de personas. Hoy puedo decir que siento totalmente lo contrario. Poco a poco he ido conociendo personas en un nivel más íntimo, personas con las cuales he congeniado y con quienes me siento cómoda.

El viernes salí a comer pizza a lo «brasileiro» con Déborah (directora suplente de adoración) y Hélyda (vive con Déborah y canta también). Allí me di cuenta que mis sospechas eran ciertas: los brasileiros colocan MAÍZ EN TODO! Señor Jesús, ten piedad. Maíz y guisantes (sweet peas) en la pizza, en las hamburguesas, en el pollo, en el arroz, en los sanduiches... en TODO! ¡Qué crimen! ¿Acaso no saben que para todo hay un tiempo y un espacio? Ya hasta parezco gallina de tanto maíz que he comido. Demás está decir que terminé ordenando una pizza sólo de queso, salsa y orégano. En ese momento me sentí como una verdadera gringa... Jajajaja!!!! Pero no solo le ponen maíz, aquí los ingredientes adicionales en la pizza son algo así como un arte...y para que no les cuenten, aquí tienen una foto... Hasta la próxima...

Tchau, gente!

Una Boricua en Brasil


miércoles, 11 de febrero de 2009


Boricua en Brasil from Vanesa Dávila-Luciano on Vimeo.

Mis primeras semanas en Anápolis, Goiás, Brasil. Un tour por mi apartamento y el camino a las oficinas de Missão Vida.