Padre celestial, Ayúdanos a recordar que la 'idiota' que nos cortó en el tránsito anoche es una madre soltera que trabajó 9 horas ese día y deseaba llegar rápido a su casa para cocinar la cena, ayudar con la tarea, lavar la ropa, y compartir unos pocos momentos preciados con sus hijos.
Ayúdanos a recordar que el chico tatuado, con mil rotos y desinteresado, que no puede dar el cambio correcto en la caja registradora es un estudiante universitario preocupado intentando balancear su terror a los exámenes finales y el temor a no tener un préstamo estudiantil el próximo semestre.
Recuérdanos, Dios, que el vagabundo, limosnando en la misma esquina todos los días (qué debería buscarse un trabajo!) es un esclavo a adicciones que nosotros podríamos imaginar sólo en nuestras peores pesadillas.
Ayúdanos a recordar que la pareja de ancianitos en el supermercado que camina lentamente frente a nosotros y nos colma la paciencia, impidiendo el progreso en nuestras compras, está saboreando este momento, sabiendo que, deacuerdo a los resultados de la biopsia la semana pasada, este será el último año que ellos irán de compras juntos.
Padre celestial, recuérdanos cada día que de todos los regalos que nos das, el mayor de todos es el amor. No es suficiente compartir ese amor con esos que son importantes para nosotros. Abre nuestros corazones para no solo los que están cerca de nosotros, sino a toda la humanidad.
Seamos lentos para juzgar y rápidos para perdonar, mostremos paciencia, empatía y AMOR
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