Hoy tropecé con una carta que escribí hace unos 11 años atrás. La laguna mental que formé durante todo este tiempo es tan grande que había olvidado dicha carta por completo. Una carta de desamor, de inocencia fragmentada, de chiquitina despechada. La leí una sola vez y admito que desconocía la chica que escribió aquellas palabras.
¿Es posible que haya amado tanto y lo olvidé? O sencillamente ¿no fue amor? Curioso fue encontrar una foto del destinatario. Y al dorso, su dedicación: "te doy esta foto para que cada vez que abras la cartera pienses en mi. Te amo, te amo, te amo y se me olvidó, te amo."
Confieso que desde aquella época no me encuentro con estas palabras. Irónico que el encuentro fuera con la dedicación de la última persona a quien otorgué acceso total a mis sentimientos.
Luego vino el reflexivo proceso de evaluar mi estatus sentimental actual: NULO, y cómo llegué hasta acá. Sencillo, por decisión propia. Aquel momento hace 11 años fue el punto sin retorno en el cual, con consciencia a flor de piel, me hice una promesa. El día que un hombre me vea a través de los ojos de Dios y me ame por mis faltas tanto como por mis virtudes, volveré a emitir el boleto de acceso total, V.I.P.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario